Fotografía de Carlos Blanco
Nace en Buenos Aires en 1968. Estudia composición con Alejandro Iglesias-Rossi y piano con Martha Bongiorno y Ana Stampalia. Es Miembro Titular de la Academia Nacional del Tango. Fue profesor en el Liceo Superior del Tango. Ganador del premio de ensayo EDENOR - Fundación El Libro 2001, "El tango: historia, autores e intérpretes". Creador y conductor de la audición "Crónicas de sonidos imposibles", por Radio Nacional, dedicada a la música clásica de vanguardia. Premio Tribuna Nacional de Compositores 1999 y Tribuna Nacional de la Música Electroacústica 2001 (organizados por el Consejo Argentino de la Música, UNESCO). Recomendación de la Tribuna de la Música para América Latina y el Caribe (CIM, UNESCO), 2000, y de la Tribuna Internacional de la Música Electroacústica (CIM, UNESCO), 2002. Mención en el concurso de música por computadora Pierre Schaeffer, Italia, 2001. Beca del Fondo Nacional de las Artes en 2000 y subsidio de la fundación Antorchas en 2002.
OBRAS:
TIERRA VIVA
Primera parte: GRITO DE CIELO Y PIEDRA (8' 43")
Segunda parte: HACHA (5' 10")
para piano y cinta
año 2003
duración: 13' 53"
Obra realizada con el apoyo de la Fundación Antorchas.
HACHA
Notas de programa:
Golpeamos.
Si el espíritu no se conmueve
quiebra el hacha.
Marrón el sudor y la madera.
Marrón la sangre y el río.
EL CAMINANTE
obra electroacústica
año 2000
duración: 12' 24"
Obra realizada con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes.
NOCHE Y
FUEGO
obra electroacústica
año 1997
duración: 11' 52"
"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo." (Mt. 4, 1)
Toda tarea espiritual exige una preparación, una purgación. San Juan de la Cruz llama a este proceso "la noche oscura".
Ni aún el mismo Cristo la pudo evitar, más aún: cuánto más importante es la tarea más rigurosa es la purgación. No es casual que esta necesaria preparación, el episodio bíblico de las "Tentaciones", haya ocurrido entre el bautismo, que es el momento en que Jesús toma plena conciencia de su misión, y el comienzo de su prédica.
Desde la zarza ardiente en adelante, el fuego es símbolo de la divinidad. La "llama de amor viva", para San Juan de la Cruz, es el Espíritu Santo, manifestación activa de la divinidad.
Este proceso no es exclusivo del cristianismo: ocurre necesariamente en toda clase de trabajo espiritual. Es propio del hombre, o mejor dicho, propio de toda inteligencia de carácter espiritual, humana o de la clase que fuere.
Pedro Ochoa
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